domingo, 23 de diciembre de 2012

Cosas que no me gustan.


No me gusta la compasión, porque únicamente compadece el que cree que no se puede hacer más. Dad el pésame, la mano, un abrazo, pero jamás digáis "pobrecitos" Como si el dolor de ver un niño muriendo de hambre les fuera ajeno...Porque lo estáis aceptando. 



martes, 18 de diciembre de 2012

La Historia de Shaya.


En algunas escuelas que ayuda a niños discapacitados. Algunos niños permanecen en chush durante toda su carrera escolar. Mientras que otros pueden irse a escuelas convencionales. En un evento de recaudación de fondos de chush, en una cena, el padre de un niño chush pronunció un discurso que nunca será olvidado por aquellos que asistieron.

Después de elogiar a la escuela y a su dedicado personal gritó: ¿Dónde está la perfección en mi hijo shaya? Todo lo que Dios hace se hace a la perfección, pero mi hijo no puede recordar hechos y formas como otros niños. ¿Dónde esta la perfección de dios aquí?

El público estaba impresionado con la pregunta y adolorido con la angustia del padre e impávidos ante la cuestión sin saber que responder permanecieron en silencio. El padre después de un corto silenció, les contestó que cuando Dios trae al mundo a un niño como Shaya, la perfección que él busca es la manera en que la gente reacciona ante este niño.

Y contó la siguiente historia de su hijo Shaya, que yo os relataré.

Una tarde, Shaya y su papá paseaban por el parque junto a unos niños que Shaya conocía. Jugaban béisbol. Shaya le pregunto a su papá: ¿Crees que me dejen jugar? El papá de Shaya sabía que su hijo no era atlético y que la mayoría de los niños no lo querrían en su equipo, pero el padre entendió que si escogían a su hijo para jugar le darían un sentido de pertenencia. Como saben, el nivel más alto de consciencia de Maslow en su pirámide, es el sentido de pertenencia y Shaya nunca se había sentido así.



El padre de Shaya se acercó a uno de los niños en el campo y le preguntó si Shaya podía jugar. El niño miró a su alrededor buscando apoyo de sus compañeros y al no obtenerlo tomó la decisión que estaba en sus manos y dijo: Bueno estamos perdiendo por 6 carreras y van 8 entradas, creo que puede estar en nuestro equipo. Trataremos de meterlo en la novena de bateador.

El padre de Shaya se quedo estático mientras Shaya no dejaba de sonreír. Le pidieron a Shaya que se pusiera un guante y lo metieron al campo a jugar. Al final de la octava entrada, el equipo de Shaya había logrado algunas carreras pero seguían perdiendo por tres. Al final de la novena, el equipo de Shaya volvió a anotar y ahora, con 2 outs y las bases saturadas llego el turno de Shaya.

La carrera de la victoria estaba en juego.

¿El equipo dejaría que Shaya bateara a estas alturas del partido y dejaría escapar la oportunidad de ganar? Sorpresivamente le dieron el bate a Shaya: Todo el mundo sabía que era casi imposible, porque Shaya ni siquiera sabía sostener el bate, pero aún así le dieron la oportunidad. De cualquier manera, Shaya se paró en la base, el lanzador dio unos pasos para lanzar la pelota suavemente para que Shaya al menos pudiera tocar la pelota.


Llego el primer lanzamiento. Shaya bateó torpemente y falló. Luego uno de los compañeros de su equipo se acercó y juntos, él y Shaya sostuvieron el bate y enfrentaron al lanzador, esperando la siguiente bola los dos. Otra vez, el lanzador se acercó unos pasos a Shaya para lanzar la pelota aun más suavemente. Y mientras se acercaba la bola, Shaya y su compañero batearon juntos, y juntos golpearon la pelota que tocó el piso lentamente hacia el lanzador.


El lanzador tomó la pelota fácilmente, pudo haber lanzado la pelota a la primera base. Shaya hubiera tenido que irse y hubiera sido el fin del juego. Pero el lanzador tomó la pelota y la lanzó muy alto al campo, lejos del alcance de la primera base.

Todos comenzaron a gritar:
¡Shaya, Shaya! ¡Corre a la primera, a la primera!

Nunca en su vida había corrido a la primera base. Corrió a la línea de fondo con los ojos bien abiertos. Cuando llego a la primera base el jardinero de la derecha ya tenía la bola y pudo haber lanzado la pelota al de la segunda base que hubiera eliminado a Shaya que seguía corriendo. Pero ese jardinero entendió las intenciones, las intenciones del lanzador.

Así que lanzó la bola alto y lejos, por encima de la tercera base.

Todos gritaron:
- ¡Corre a la segunda, Shaya! ¡Corre a la segunda!

Shaya corrió a la segunda base mientras los que estaban delante de él rodearon como locos la base. Cuando Shaya llego a la segunda, el oponente corrió hacia él y lo volteó hacia la tercera base y grito:

- ¡Corre a la tercera, Shaya! ¡Corre a la tercera!

Cuando Shaya corrió a la tercera los niños de los 2 equipos corrieron tras el gritando:

- ¡Shaya, Shaya! ¡Corre, corre, haz un cuadrangular!

Shaya logro el cuadrangular, se paró en la base y los 18 niños lo levantaron en sus hombros y lo convirtieron en el héroe. Como si hubiera ganado el Grand Slam y hubiera hecho ganar a su equipo.

Ese día, dijo su padre con lágrimas rodando por sus mejillas, esos 18 niños alcanzaron el nivel de perfección de Dios.



Fuente: Wayne Dyer

sábado, 15 de diciembre de 2012

No pretendo...










No soy un mártir ni un héroe, no soy una víctima y jamás he pretendido serlo. Soy un hombre que sabe lo que quiere y se esfuerza por merecerlo. Dadme la espalda, ignorarme, pretended que no existo, si eso va a complementar vuestra felicidad o les  ha de permitir ser un poco más felices en algún momento. Entonces he de estar conforme con ello y lo he de respetar, aunque en el fondo sepa que la felicidad no es algo que puedas anteponer a la voluntad, al deber de hacer lo correcto.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Memorias y sueños.




No podría contar todas mis memorias porque algunas son solo mías. Otras son tan fantásticas que más de uno terminaría por no creerse lo que por contarle, no tengo. Y es que algunas son tan sublimes y especiales que tengo que hablar de dos si quiero que la verdad prevalezca, si quiero respetar íntegramente la memoria de algunos de los mejores días, que de mi vida recuerdo. No puedo contar todas mis memorias, porque si tomará lugar semejante andanza, podrían ser días, meses incluso años los que tardase en hacerlo, y para muchos de vosotros eso sería demasiado tiempo. No podría, porque sería juzgado nuevamente por mis errores a pesar de haber pedido perdón a quienes se hubieren visto agraviados por ello.

No puedo contarles todos mis sueños, porque algunos son solo míos, porque de seguro no les parecería suficiente como para ilusionaros o porque simplemente pueda que os parezca que nunca haya estado despierto. No podría hablarles de mis sueños, porque tendría que despertar en algún momento y no quiero. Porque tendría que hablar de ogros y mazmorras, de tierras baldías y lejanas, de princesas, de dioses de feliz tristeza, de mis demonios,  y de todo a lo que por amor me encomendé en algún momento. No podría contarles mis sueños, porque no os lo tomarías en serio, porque no entenderían cómo puedo necesitar tan poco para ser feliz al tiempo que me voy dejando la piel en el intento.

No soy hombre de dioses ni holocaustos, no poseo dones divinos ni quiero. No tengo verdades absolutas y todos los caminos que he andado han estado cubierto de lodo, piedras y flores. Y puede que si me conoces llegues a quererme o puede que simplemente me odies. Puede que no siempre sea tan simpático si quieres que sea sincero. Puede que mi mayor bien para ti sea muy pequeño. Por eso a lo mejor nunca te cuente todas mis memorias ni te llegue a hablar de todos mis sueños. Y mientras la mayoría no entienda mis razones y me cuestione preguntándome ¿Por qué ?  Yo únicamente he de responder. ¿Y por qué no? Aceptando que cuestionen mis motivos y que puede que tengan razón con sus argumentos. Sin embargo no ha de importar, porque yo tendré algo más grande, mis memorias y mis sueños. 

Artista: Pendiente de confirmar.